El propietario de Ice Bar nos desvela anécdotas graciosas…
La gente amiga de Oh-Barcelona me pide que participe en su blog. Así que, tras varios días pensando en qué escribir, se me ocurrió rememorar algunas de las tantas anécdotas graciosas que ocurrieron en el bar. Para los que no lo conocen, el bar de hielo es, literalmente, una cámara frigorífica que está al final del bar. Para llegar a ella hay que atravesar lo que llamamos “el bar caliente” (en Agosto le viene ideal el sobrenombre). En fin, lo que les quería contar es que todavía estamos recuperándonos de la risa que nos produjo el curioso que entró en el bar por la terraza, asomando la mano por la puerta (del bar normal) para comprobar la temperatura y se dio media vuelta y se fue, con cara de “Vaya timo!”.
No menos curiosa es la costumbre de algunos visitantes (generalmente ingleses) a los que les gusta despojarse de sus vestimentas en el ice bar, hasta quedar en calzoncillos. Entendemos que la temperatura en estos países es inferior a la de las costas mediterráneas, pero, ¿no son un poco exagerados? Vale, por costumbre adoptan estos comportamientos, pero después de la décima pinta de cerveza la borrachera les impide sentir frío o calor. En cualquier caso, debemos recordarles que el ticket al ice bar incluye ropa de abrigo, pero no seguro médico.
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Y hablando de seguros, hubo quién nos preguntó si les hacíamos firmar una hoja a los clientes haciéndolos responsables por lo que pudiera sucederles dentro del bar de hielo. Fue una estudiante que estaba preparando un trabajo para su universidad de un país sudamericano. La pregunta me dejó boquiabierto. No sé que temperatura hará por su tierra, pero por Europa 5 grados bajo cero en invierno es de lo más corriente y la gente no se va muriendo en masa… En fin, en estas tierras hay de todo. Y eso que no les cuento las preguntas más tontas que nos han hecho en estos casi tres años. Eso lo dejamos para otro artículo…
